viernes, 30 de marzo de 2012

NUESTRO GRAN JAMON DE TERUEL


Dos grandes familias coexisten en el mundo del jamón: la procedente del cerdo ibérico y la del cerdo blanco, a la que pertenece el jamón de Teruel.
El cerdo del que procede el jamón de Teruel ha de tener unas determinadas características genéticas, procediendo de las razas Landrace y Large White –por parte de madre– y de la raza Duroc o Landrace la línea paterna.
El resultado es un cerdo con altos niveles de grasa infiltrada, un porcentaje medio alto de proteínas, humedad media baja, pocos fosfatos, niveles elevados de yodo, bajo punto de fusión de la grasa, alta calidad dietética de la grasa –altos niveles de insaturadas y bajos de saturadas– y bajo nivel de cloruros.
El Consejo Regulador controla el nacimiento de los lechones -que crecerán y morirán en Teruel- y los identifica, verificando su cebo y alimentación hasta que alcanzan el peso necesario para ir al matadero. Su alimentación se basa en cereales de calidad, soja y alfalfa. Están prohibidas las grasas de mala calidad y las harinas de pescado.
El animal debe pesar un mínimo de 115 kilogramos para ser sacrificado y debe tener al menos 8 meses de edad. La alimentación, la edad del animal y su genética determinan el momento de la matanza del cerdo que, necesariamente, tiene lugar en mataderos homologados y se realiza en presencia de un veedor del Consejo. El cerdo que se sacrifica tiene que
estar castrado, porque no se sacrifican animales reproductores y las hembras no pueden entrar en el matadero si están en celo. Tras el sacrificio, se desechan las canales que presentan defectos visuales y se identifican los perniles que podrán convertirse en jamones de Teruel.
Una canal de 95 kilos proporciona perniles de más de 11 kilos. Tras el sacrificio, el MAPA –Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación–, estampa su sello con la semana y el año, para controlar los tiempos de secado y curación.

Tras el proceso de salazón y de curación, que tiene que desarrollarse en Teruel, se estampa la estrella de ocho puntas que identifica a los jamones de Teruel que han seguido el proceso que exige el reglamento del CRDO. Entonces, el jamón de Teruel ha de tener forma alargada, perfilada y redondeada en sus bordes hasta la aparición del músculo, conservando su pezuña. Antes era obligatorio presentarlos con corteza, ahora se puede presentar en «V», sin corteza. Su peso mínimo es de 7 kilogramos, pero el ideal está entre 8 y 9 kilogramos. La carne debe presentar un color rojo brillante con abundante grasa infiltrada en el músculo y apreciable cantidad de tejido adiposo en el lateral. En boca debe presentar un sabor delicado, no muy salado. La grasa del jamón de Teruel ha de ser untuosa, brillante, de color blanco amarillento, aromática y de agradable sabor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu Colmado ofrece a nuestros clientes la posibilidad de tener en sus mesas lo mejor de nuestra tierra, Tradición, Cultura y Sabor con productos 100 % Naturales y Denomicacion de Origen.